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b
c
Describir el acontecimiento o el caso.
Hacer una observación objetiva de lo
descrito considerando las emocio-
nes que acompañan tales aconteci-
mientos (lo que pone en juego creen-
cias, valores, ideas y hasta compor-
tamientos).
Considerar repuestas alternas y
potenciales hasta encontrar la res-
puesta apropiada, lo que muchas
veces cambiará las estructuras pre-
vias. Implica reevaluación del aconte-
cimiento original (Deeley, 2016).
Si bien el término Bioética parece nuevo, en
realidad es tan antiguo como el hombre
(Molina, 2011), ya que representa un
espacio para la reflexión articulada en una
escala de valores y principios morales para
la toma de decisiones responsables acerca
de problemas relacionados con la vida
biológica, el ambiente y los desarrollos de la
ciencia (Bermúdez, 2006; Cerchiaro, 2011).
A pesar de que el término se propuso en
1927, se popularizó con Potter (considerado
el padre de la bioética) quien lo utiliza en
1970 para identificar una nueva disciplina
que representa el puente entre la ética
clásica y las ciencias de la vida (Molina,
2011; Wilches Flórez, 2011). Por algunos
años, pareció que la bioética se limitaba al
área de la salud, pero en los últimos tiempos
se retoma a la bioética en un concepto más
amplio, tal como la definen Pessina
(Catedrático de Bioética en la Universidad
del Sacro Cuore de Milán) como “conciencia
crítica de la civilización tecnológica”, y,
Postigo, quien considera a la bioética como
el estudio sistemático e interdisciplinario de
las implicaciones éticas de las acciones
humanas sobre todo tipo de vida para
determinar una posible solución para el
hombre y las generaciones futuras (Postigo,
2015).
Aunque la bioética abarca varios ámbitos,
es importante recordar su raíz filosófica, que
a su vez tiene dos vertientes: la antro-
pológica, mediante la cual se define al
hombre y la ética. (Postigo, 2015). La ver-
tiente antropológica establece la perspec-
tiva de la bioética materialista, que va
acorde al utilitarismo de Stuart Mill
(Sánchez-Migallón, 2012) o, personalista,
como la plantea Sgreccia (2013) que tiene
como centro el bien de la persona (Postigo,
2015). Estas perspectivas han conllevado a
la derivación de diversas corrientes, entre
ellas el Principialismo, que se fundamenta
en los cuatro principios de Childress y
Beauchamp (Royes y Qui, 2019), y no
considera una teoría antropológica; esta es
educando construir sus propias estructuras
de significado (EL NACIONAL, 2016), por lo
que puede tomar sus propias deci-
siones y así “aprende a aprender”
(laeducacionpintabien, 2018).
El proceso de comunicación en la Bioética
debe partir de la pedagogía crítica, la cual
busca el desarrollo de las habilidades
críticas y reflexivas de los estudiantes
aportando conocimientos y cultura que son
significativos para el educando (Significa-
dos, 2018; Editorial Definición MX, 2016).
Los representantes de esta corriente son:
Peter Mc Laren (canadiense), Henry Giroux
(estadounidense) y Paulo Freire (brasilero)
(Significados, 2018). Mc Laren señala que el
conocimiento a impartir debe ser impor-
tante, pertinente y crítico para poder
promover la transformación (Torres, 2019).
Por su parte, Giroux señala que la
educación debe ser comprometida, crítica y
revolucionaria para que permita el desarro-
llo crítico, así los educandos podrán ser
ciudadanos preocupados por afrontar
asuntos sociales y estar dispuestos a exten-
der el significado; además, señala el rol del
docente como guía en el proceso (Giroux,
2017; Torres, 2019; Bandala, s.f.).
El curso objeto de estudio en esta
investigación fue diseñado con estrategias
enmarcadas en la reflexión crítica como
parte de la adquisición de competencias
genéricas en la educación superior. Para
esto, se consideró el uso de incidentes
críticos que son casos con ciertos signifi-
cados que van a crear un conflicto con el
pensamiento o comportamiento de los alum-
nos (en el curso de bioética se manejan
casos reales). El incidente lleva a un dilema
desorientador que facilita el debate guiado
por el docente, produciéndose una res-
puesta consensuada en la que todos los
participantes argumentan sus opiniones y,
al final, pueden decantarse por la que se
considera la mejor respuesta (Deeley,
2016).
Los pasos para la reflexión crítica durante el
debate en el aula incluyen:
En la práctica docente, la reflexión crítica
gira en torno a un contenido, los problemas,
las respuestas existentes, las respuestas
potenciales y hasta las posibles alternativas,
porque lo que se busca es que los
estudiantes sean pensadores críticos
(Deeley, 2016).
Para el curso, se incluyeron dos estrategias
importantes de la pedagogía crítica: el
análisis de casos y la reflexión. El análisis
de casos bioéticos es una estrategia
implementada por Schmidt (2008) como una
forma de sistematizar la información, el
análisis y la comparación de distintos puntos
de vista priorizando la vida y la protección al
más vulnerable; asimismo, señala que el
análisis de casos tiene como fundamento el
enfoque fenomenológico al que se suma la
comprensión hermenéutica de la realidad.
El mismo autor propone un modelo centrado
en el proceso de la decisión moral que es la
que permite que la persona se apropie del
conocimiento moral a través de una serie de
operaciones intencionales. A partir del
modelo planteado, Alvarado, Partida y
Ochoa de Toledo diseñan una adaptación
del mismo con fines estrictamente
pedagógicos, pero manteniendo el objetivo
del método (Alvarado et al., 2017).
En cuanto a la reflexión, podría
considerarse una escritura reflexiva. No es
exactamente un diario, pero si es reflexiva
por cuanto en ella el alumno se autoevalúa,
con lo cual es consciente de lo que aprende.
Como guía, se dan a los estudiantes los
puntos que deben incluir; pero, se da
flexibilidad en cuanto a su presentación,
redacción, longitud y en cuanto a otros
aspectos que deseen incluir. La
autoevaluación queda evidenciada al
señalar los conocimientos adquiridos y los
cambios de concepción, lo que representa
un elemento importante para considerar el
aprendizaje crítico (Deeley, 2016; Giroux,
2017; Torres, 2019). Dentro de las
reflexiones se incluye la reflexión final del
curso, la cual representa un escrito libre
acerca de las impresiones del curso
culminado, el aprendizaje logrado y
cualquier otro aspecto de interés.
Tanto los debates y el análisis de casos
como las reflexiones cumplen con los
objetivos del aprendizaje crítico por cuanto
implican la reflexión crítica y demuestran la
existencia del pensamiento crítico que
vincula lo conceptual teórico con la práctica
cotidiana y sus experiencias (Deeley, 2016;
Giroux, 2017; Torres, 2019).
El curso fue propuesto y aceptado como
Optativo de Profundización para los
estudiantes de Biología, administrado por la
Cátedra de Biología Celular con el Código
BID205 en el 2011. Posteriormente, para el
2012, se aceptó el curso para los futuros
docentes de Química con el código
EQUI275.
Siguiendo el método de Müller de González
y Szczurek (1989), citado en Castro y
Guzmán de Castro (2001), esta investiga-
ción presenta los pasos 3 y 4, es decir, la
validación y evaluación de la aplicación de
la propuesta, en este caso, del curso.
Primero, se indican las características y
resultados de la aplicación piloto del curso.
Luego, a partir de los resultados obtenidos,
la implementación del curso; finalmente, se
presentan los resultados del mismo a la luz
de las percepciones de los estudiantes.
Ya que hemos descrito brevemente en qué
consistió la implementación del curso y las
estrategias aplicadas para el logro del
involucramiento y compromiso de los
participantes, el objetivo general de este
presente estudio es analizar las percep-
ciones de los alumnos con relación al curso
de bioética para estudiantes de pregrado de
la especialidad de Biología y de Química
del Instituto Pedagógico de Caracas de la
Universidad Pedagógica Experimental
Libertador. Como objetivos específicos se
propone: relatar la experiencia del curso
piloto con el fin de mostrar los ajustes que
se hicieron para implantar la asignatura de
Bioética; sintetizar los resultados de la
implementación del curso de Bioética y
ofrecer recomendaciones sobre las clases y
metodologías utilizadas a la luz de los
objetivos del curso y de las percepciones de
los estudiantes. En ese mismo orden,
primero se verá el modelo del método utili-
zado; más adelante, presentamos los resul-
tados cualitativos de la percepción, así
como el análisis de sus opiniones. Final-
mente, presentamos las conclusiones a las
que arribamos, así como unas recomenda-
ciones como estímulo para que la
universidad se proponga implementar esta
asignatura en la formación de futuros
docentes.
tes y motivar el desarrollo de capacida-
des propias a su formación en cuanto a
actitudes de tolerancia y comprensión
(Chaparro, 2011).
En cuanto a estrategias pedagógicas, el
curso sigue la tendencia del enfoque
principialista por considerar que son apli-
cables a la sociedad (Sola y Camilo, 2015),
en especial en los análisis acerca del
impacto de los avances científicos y tecno-
lógicos (Molina, 2011). El enfoque incluye
los cuatro principios de Beauchamp y
Childress (Royes y Qui, 2019) los cuales
son: autonomía, beneficencia, no malefi-
cencia y justicia (Alvarado et al., 2017);
además, se incluyen dos que se encuentran
en el Código de Ética para la Vida de la
República Bolivariana de Venezuela (2011),
que son responsabilidad y precaución. Lo
principios son utilizados para promover el
respeto por la vida cotidiana y las diferen-
cias humanas, con lo cual los estudiantes
pueden involucrarse en el cuidado de la vida
(Cerchiaro, 2011; García, 2012).
El siguiente punto que se tomó en cuenta
para el diseño del curso estaba relacionado
con la metodología y las estrategias
didácticas que se podían incluir; es decir,
cómo enseñar bioética; esto incluye definir
el rol del docente, el cual debe distinguirse
por incentivar el debate y respetar las
distintas opiniones, ya que no hay una sola
solución para los casos. Por eso es tan
importante el abordaje transdisciplinar de la
situación para reflexionar acerca de los
valores involucrados. Solo así puede espe-
rarse que el conocimiento científico pueda
modificarse a conocimiento ético (Orozco,
2016).
En cuanto a las estrategias, se plantean
distintos métodos para la enseñanza de la
bioética, los cuales incluyen: debates,
clases magistrales, seminarios, estudio de
casos, presentaciones en grupo, debates de
textos y de películas, simposios y conferen-
cias (Caramico, Zaher y Rosito, 2007).
Con relación a la metodología, se incluyen
las siguientes: Modelo por competencias
(Gómez y Royo, 2015); Aprendizaje de la
Bioética Basado en Problemas (ABBP)
(Corral, Brito y Franco, 2016); Enfoque
casuístico (Salort y Maluf, 2014); Enfoque
humanista-integral, que considera importan-
te conocer las bases antropológicas y las
filosóficas que permitirán tomar decisiones
sobre una conducta buena o mala. Esto
incluye el conocer la importancia de las
leyes (aspecto jurídico que no siempre va de
la mano con la ética) y de las religiones para
una visión integral del caso (Salort y Maluf,
2014; Gracia, 2019). El énfasis principal
para una correcta participación en los temas
de bioética no radica tanto en las meto-
dologías, sino que descansa en el proceso y
en el rol del profesor como guía y compa-
ñero de aprendizaje (laeducacionpintabien,
2018).
En el diseño del curso propuesto en esta
investigación, la metodología de análisis de
casos se centra en el enfoque humanista-
integral; sin embargo, se consideraron as-
pectos de los diferentes enfoques, ya que el
modelo considera en primer lugar, la deter-
minación del contexto donde se da la
situación. En segundo lugar, se plantea el
dilema. En tercer lugar, se analizan los
principios involucrados (valoración ética),
las leyes que están relacionadas con el caso
(aspecto jurídico) y la propia postura del que
analiza (valores personales). La integración
de los tres análisis es lo que lleva a la
solución del dilema que no siempre será la
mejor; en algunos casos será la de menores
consecuencias (Alvarado et al., 2017).
En cuanto a la pedagogía aplicada como
método, primero se tomó en cuenta la
importancia de la comunicación para el
proceso de enseñanza y aprendizaje; para
muchos autores el proceso comunicativo es
pluridisciplinar y transdisciplinar (Ribot,
Pérez, Rousseaux y Vega, 2014). Uno de
los representantes de los estudios en
comunicación es Mario Kaplún, con influen-
cia del constructivismo de Vygotsky, Bruner
y Ausubel y de la pedagogía crítica de
Freire; para Kaplún, el educador se
convierte en el acompañante y guía para
suministrar herramientas que le permiten al
la que maneja la cultura angloamericana.
Otra corriente es la del Personalismo con
fundamentación antropológica, que afirma
que el hombre es la unión de cuerpo y alma
y que la vida comienza con la fecundación
(Postigo, 2015). Finalmente, corrientes
como el Utilitarismo y el Funcionalismo
materialista consideran que lo bueno es lo
que favorece al mayor número de personas
(Sánchez-Migallón, 2012); ambas son
manejadas por la cultura europea.
Lo importante de estas corrientes es el
pluralismo que implica la incorporación de la
bioética como tema en la investigación; por
esto es necesario el logro de acuerdos a
nivel de la comunidad científica a fin de
asegurar el respeto y la promoción de los
derechos humanos, los cuales representan
el límite y el criterio orientador para tales
acuerdos (Casado, 2011). Al respecto, se
han planteado códigos compuestos por
declaraciones que establecen pautas de la
bioética en sus diversas aplicaciones.
Una de esas aplicaciones sería en la
educación, ya que si es parte del desarrollo
humano, es importante incluir la educación
en bioética para formar ciudadanos capaces
de tomar decisiones frente a los avances
científicos y tecnológicos, lo que implica
diseñar propuestas de aula para propiciar
esa formación (Orozco, 2016). Por eso, se
consideró la implementación de un curso de
Bioética en el Instituto Pedagógico de
Caracas (IPC). El modelo para el diseño e
implantación del curso fue el propuesto por
Müller de González y Szczurek en 1989,
quienes presentan un modelo en la
aplicación del Desarrollo Instruccional
(citado por Castro y Guzmán de Castro,
2001). En la figura 1 pueden observarse los
pasos del modelo:
Siguiendo este modelo, en la publicación de
Alvarado, Partida y Ochoa de Toledo (2017)
se describen los pasos 1 y 2. En cuanto al 1,
se señalan los elementos que se
consideraron para establecer la necesidad
de un curso de bioética: primero, estaba la
experiencia docente en el curso de Ciencia,
Tecnología y Sociedad (CTS), cátedra en la
que muchas veces se presentaban discu-
siones que implicaban valores; sin embargo,
estas solo se centraban en la valoración
personal, lo que creó la necesidad de
brindar herramientas a los futuros docentes
en cuanto al análisis de dilemas bioéticos,
ya que faltaban elementos que contribu-
yeran a la objetividad de las argumen-
taciones.
Segundo, el artículo 23 de la Declaración
Universal sobre Bioética y Derechos Huma-
nos tiene como principal objetivo la promo-
ción de los principios de la declaración
mediante programas de educación a fin de
capacitar a los ciudadanos en las implicacio-
nes bioéticas de la ciencia y de la tecnología
(Casado, 2011); al respecto, las políticas
gubernamentales venezolanas en la Ley
Orgánica de Educación (2009), en el artí-
culo 33, señala a “la bioética como principio
rector de la educación universitaria” y, el
Plan Socialista de la Nación (2007-2013),
apoya esta inclusión en la educación vene-
zolana y va más allá cuando propone la
transversalización de la Bioética en la
educación; más aún, desde 2011 se cuenta
con el Código de Ética para la Vida del
Ministerio de Ciencia y Tecnología de la
República Bolivariana de Venezuela (2011).
Establecida la necesidad, el siguiente reto
fue diseñar un curso de Bioética a estu-
diantes del IPC de la especialidad de
Biología y de la especialidad de Química, lo
cual corresponde a la fase 2 del Modelo de
Desarrollo Instruccional. Aunque la idea a
futuro es implementar la Bioética en todas
las especialidades, las investigadoras co-
menzaron por estas especialidades, ya que
son los alumnos que también toman el curso
de CTS. En Alvarado et al. (2017) se
describe el diseño del curso, cuyo objetivo
es despertar la creatividad de los estudian-
Encuesta para cursantes de Bioética
2011-I, 2011-II y 2012 II (n=51) con
preguntas acerca de las expectativas
del curso, lo que les había parecido
hasta ese momento (llevaban tres
semanas del curso), si lo conside-
raban una asignatura importante o
necesaria y si lo recomendarían.