CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 19 NÚMERO 37 | PP 133 - 143
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(2012), formaba parte de la lógica o “arte de pensar
correctamente”, de la retórica o “arte de hablar
bien” y de la dialéctica o “arte de dialogar bien” (p.
1), supuestos que se extendieron hasta nales de
siglo XIX y permitieron la evolución del concepto de
argumentación de los lósofos griegos en su manera
de ver esta como solo la actividad de razonar,
inferir, incidir y argumentar para convencer desde
los discursos sociales. Toulmin (1958) la describe
como la “constelación de enunciados ligados en
un sistema, que otorga al discurso una forma de
racionalidad” en su obra The Uses of Argument en
que propone su modelo argumentativo, el cual se
centra en las razones y argumentos que se pueden
dar basado en los datos disponibles, modelo que,
según sus pasos, puede ser aplicado en cualquier
disciplina u/o actividad (Rodríguez, 2004). De ahí
que, la argumentación supone una actividad verbal,
social y racional dirigida a convencer de manera
razonable y lógica con argumentos apoyados y
sustentados en datos (Osborne, 2012). Por ello,
esta consiste en la evaluación del conocimiento
a partir de las pruebas disponibles (Jiménez-
Aleixandre y Puig, 2010).
En el caso de la argumentación como estrategia,
es un procedimiento discursivo que, de modo
intencional y consciente, utiliza el hablante o
el escritor para incrementar la ecacia de su
discurso al convencer o persuadir al destinatario
en una situación comunicativa donde exista
argumentación (Cros, 2003). Esta, en la cultura
cientíca, es considerada como práctica cientíca
de argumentación (Crujeiras y Jiménez Aleixandre,
2012). Sin embargo, para el desarrollo de otras áreas
del conocimiento y promoción de competencias,
la argumentación es empleada como un gran
procedimiento o estrategia pedagógica innovadora
(Gallego y Márquez, 2018).
Investigaciones como la de Aldana (2014) precisan
que la argumentación como estrategia cumple un
rol fundamental en el proceso de enseñanza y
guía de la acción educativa, ya que esta genera
espacios de comunicación entre pares, entre
el educador y el educando, así como diálogos
interactivos que facilitan la tarea del profesor en
cuanto a la mediación e interacción en el proceso
docente educativo. Además de que esta permite
ver la capacidad que tienen los estudiantes para
argumentar, confrontar y justicar los procesos
relacionados con una actividad que implica el
desarrollo del pensamiento lógico, reexivo y crítico.
En su conclusión destaca que la argumentación es
una forma de comunicación y diálogo para evaluar,
denir y estimular producciones y que esta será
ecaz y podrá utilizarse como estrategia si se
explican las actividades del proceso que implican
este tipo de interacción comunicativa.
Para González (2015), esta estrategia como
procedimiento en el aula se promueve a partir de
la participación activa en debates y foros en donde
exponen sus puntos de vista, exposiciones de
investigaciones realizadas; intervención de expertos,
trabajos en equipo centrados en socializaciones
autodirigidas, así como la puesta en práctica de
argumentos de forma razonable y lógica partiendo
de problemas o situaciones contextualizadas y en
las que se motive la indagación y el pensamiento
lógico, entre otras habilidades.
Según Buitrago et al. (2013), la importancia de esta
estrategia radica en reconocerla como una habilidad
cognitivo- lingüística y que debe ser asumida en
todas las áreas del conocimiento sustentadas
en los planes y programas de estudios, pues el
valor dialógico y racional de la argumentación es
benecioso para la construcción de conocimientos.
En este sentido, autores como Osborne (2012) y
Díaz de Bustamante y Jiménez Aleixandre (1999)
sugieren que el profesorado debe diseñar y crear
las condiciones para que los estudiantes participen
en discursos argumentativos en el que puedan
dar respuestas apropiadas o hacer juicios sobre
problemas de su contexto. Planteamiento que exige
entonces que se ponga en práctica el desarrollo
de los procesos cognitivos de indagación, análisis,
reexión, evaluación y síntesis.
Tomando en cuenta lo descrito en esta
fundamentación teórica sobre la importancia de
la formación de maestros bajo el enfoque por
competencias en la República Dominicana, la
calidad de la educación en la formación docente
y lo que supone la estrategia de argumentación
para el desarrollo de las habilidades comunicativas,
se plantea identicar las concepciones de los
formadores de docentes en formación acerca de
la argumentación como estrategia para el desarrollo
de las competencias fundamentales en la formación
docente. Este estudio cobra mayor importancia
ya que en el ISFODOSU hasta el momento no se