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son contrarias a la intuición, ya que la literatura
muestra que cuando los docentes se sienten más
involucrados en la intervención, tienden a valorarla
de manera más positiva (Rivard y Gueye, 2016;
Stebick, 2008; Styslinger et al., 2015; Watson,
2013).
Lo que queda claro del análisis de la literatura actual
es que el APD, de acuerdo con Day y Sachs (2004),
es que puede implementarse en una multitud de
formas y contextos, y que puede involucrar a
muchos agentes interesados, no solo docentes y
expertos. Sin embargo, la noción tradicional del APD
que aparece en la literatura, como una actividad
compleja que puede tener lugar en una multitud
de escenarios, puede ser cuestionada por nuevas
interpretaciones de APD. Borko (2004), por ejemplo,
señala que el APD ocurre de forma permanente,
dentro de contextos formales y en las interacciones
diarias con colegas y estudiantes. Esta nueva
visión de APD puede desaar fundamentalmente
no solo su estructura conceptual, sino también lo
que cuenta como desarrollo profesional y cómo
se evalúa e informa en los estudios y reportes de
investigación.
Perspectiva teórica
A continuación, describiremos cómo se construyó
teóricamente este estudio a través de la perspectiva
de la Lingüística Sistémico Funcional (LSF), la
cual es una teoría del lenguaje desarrollada por
Michael Halliday (1978, 1996, 2004) que se enfoca
en analizar las interacciones humanas no como
productos aislados de la comunicación, sino de
manera contextualizada. En este sentido, la LSF es
una teoría descriptiva del lenguaje que se ocupa de
los patrones comunicativos reales que los humanos
practican, en lugar de una teoría que prescribe
cómo las personas deben usar el lenguaje para
generar signicados (Eggins, 1994). Como explica
Halliday (2004), la LSF se ocupa del estudio del
lenguaje como un sistema semiótico; es decir,
el lenguaje no puede denirse como un sistema
material. Aunque el lenguaje se articula en última
instancia a través de funciones materiales (habla,
lenguaje corporal, texto escrito), el lenguaje y los
signicados que transmite no pueden reducirse ni
denirse en términos materiales, sino semióticos. Es
decir, el lenguaje no son los fonemas o grafemas que
lo componen, sino los signicados que produce.
Esta característica hace que la LSF sea teóricamente
única y distinta de otras teorías lingüísticas, y por
lo tanto la hace adecuada para este estudio,
ya que tiene como objetivo comprender las
relaciones entre las estructuras lingüísticas y las
funciones lingüísticas (Halliday, 1978). El proceso
de aprendizaje de idiomas desde la perspectiva de
la LSF es inherentemente social y mediado por el
contexto; los humanos desarrollan el lenguaje como
un sistema semiótico situado en el contexto en el
que está codicado (Halliday, 1978).
La capacidad de crear signicado es ecológica. Es
decir, aunque los individuos están biológicamente
equipados con la capacidad de aprender un
idioma, son las condiciones ambientales reales y
concretas de los individuos las que darán forma y
determinarán las elecciones culturales y lingüísticas
que el individuo adoptará.
Al adoptar un enfoque sistémico funcional para el
análisis de datos, es importante comprender que
se trata de una teoría y una serie de aplicaciones
metodológicas posteriores. En este sentido, nos
centraremos en los aspectos funcionales del lenguaje
en dos niveles: (1) el lenguaje en uso y (2) cómo se
estructura el lenguaje para su uso. Para revelar el
lenguaje en uso, buscamos interacciones lingüísticas
orales o escritas auténticas representadas en
un contexto social. Para comprender cómo se
estructura el lenguaje para su uso, los teóricos de
la LSF se preocupan primero por el lenguaje como
un recurso semiótico de creación de signicado
mediado en un nivel léxico-gramatical codicado.
Este nivel léxico-gramatical está posicionado
jerárquicamente y dinámicamente para producir
diferentes signicados a través de la elección. Así,
para realizar y comunicar signicado, el escritor/
hablante necesita tres niveles de estratos: dos que
expresan contenido (discurso-semántica; léxico-
gramática); y uno que comunica ese signicado
o expresión (fonología/grafología) (Eggins, 1994;
Halliday, 2004).
Como comentario nal, y antes de sumergirnos
en el análisis de datos, nos gustaría resaltar que
la riqueza de la teoría y herramientas analíticas de
la LSF es triple. Primero, contribuye al análisis del
lenguaje más allá del lenguaje mismo, es decir,
a comprender el lenguaje inscrito en el contexto
como una construcción mediada por elementos