CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 21 NÚMERO 42 | PP 25 - 44
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a menos que se realice bajo supervisión y con referencias transparentes, reforzando su compromiso
con la calidad y la integridad académica a través de medidas disciplinarias estrictas para aquellos
que incumplan las normativas (Guriev, 2023). Estas decisiones muestran la preocupación generada
sobre el plagio en el contexto de la Inteligencia Articial durante el año 2023. Al momento de escribir
este artículo, las reacciones apresuradas de prohibición ya han sido levantadas, tanto en Australia
como en Francia, lo cual evidencia la importancia de indagar el desarrollo de este fenómeno en
escenarios comunicativos.
La incidencia de los avances tecnológicos y la evolución de las prácticas de lectura y escritura
han generado un escenario dinámico y vivaz en el ámbito educativo. Este período de cambio
destaca la importancia de reexionar sobre la inuencia de la Inteligencia Articial (IA) en la escritura
académica, así como el papel crucial que desempeñan los generadores de textos en este contexto.
Como antecedente, se encuentra la investigación de Viñas et al. (2023), la cual resalta la relevancia
de comprender la arquitectura de los prompts académicos para la efectiva integración de la IA
en procesos de investigación. Además, estudios como el de Torres y Blanco (2023) exploran los
desafíos y experiencias en la implementación de chatbots en el contexto educativo, mientras que
el trabajo de Carrillo et al. (2023) destaca cómo las IA facilitan la elaboración de textos académicos
en estudiantes de Educación Superior en Colombia. Estas investigaciones ofrecen una perspectiva
valiosa sobre el impacto de la IA en la escritura académica y resaltan la necesidad de explorar
exhaustivamente sus implicaciones éticas y pedagógicas, así como su potencial para transformar
la educación en el futuro.
La enseñanza de la escritura académica es el objetivo central en los Cursos Nivelatorios de
Lectoescritura (CNLE), en la Universidad Nacional de Colombia, que surgieron en el año 2009
para apoyar a los estudiantes con deciencias en lectura y escritura. Los referidos cursos fueron
formalizados mediante la Resolución 469 de 2009 (Rectoría de la Universidad Nacional de Colombia,
2009), que estableció la identicación de estos estudiantes según los objetivos académicos y
habilidades especícas de los planes de estudio. Aunque los CNLE han evolucionado normativamente,
su objetivo sigue siendo proporcionar herramientas para enfrentar los desafíos en lectura y escritura
(Mora-Monroy et al., 2021; Mora-Monroy y Fuerte-Blanco, 2021). Después de 15 años, a la luz de lo
expuesto en párrafos previos, podría ser necesario considerar el uso de nuevas tecnologías como
las Inteligencias Articiales, que se están utilizando como herramientas en el proceso de escritura
dentro de las aulas (Schmohl et al., 2020).
Es pertinente mencionar que, en el contexto de los CNLE, son varios los principios teóricos y
metodológicos que guían el quehacer docente centrado en la escritura académica. En primer lugar,
el enfoque comunicativo de la lengua, el cual señala la importancia de desarrollar las habilidades
comunicativas, en este caso la escritura, en un escenario mediado por la interacción como canal y
objeto de aprendizaje (Cassany y Castelló, 2010; Serani, 1994). De igual manera, la escritura como
una actividad contextualizada (Camps, 2003; Carlino, 2002, 2013) toma un lugar fundamental en el
hacer pedagógico de los CNLE con el propósito de que los estudiantes desarrollen esta habilidad a
través del hacer enfocado en sus áreas de conocimiento o intereses individuales. Todo en torno a la
posibilidad de aprender y explorar su individualidad y área de conocimiento a través de la escritura
en el escenario académico. Finalmente, la perspectiva de Cassany y Castelló (2010), acerca de
la literacidad académica y crítica, también incide en el desarrollo de los CNLE: se busca que los