CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
199
Opinión de los estudiantes universitarios respecto al uso de
celulares y su impacto en la concentración: la escritura sobre
temas polémicos
College Students’ Perspectives on Cell Phone Use and its Impact
on Concentration: Exploring Controversial Topics Through Writing
Genarina Mercedes Caba Liriano1
Recibido: 8 de octubre de 2024 | Revisado: 25 de octubre de 2024 | Aprobado: 8 de diciembre de 2024
Resumen
El uso de dispositivos electrónicos en las aulas universitarias es tan habitual como cualquier otra
herramienta propia del entorno académico. En interés de identificar las posibles implicaciones
didácticas de este hábito, la presente investigación tiene como objetivo explorar la percepción de
los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares u otros aparatos electrónicos en el aula. Se
seleccionó un enfoque mixto para llevar a cabo el estudio y se eligieron dos muestras a conveniencia
para participar en la recogida de datos cuantitativos y cualitativos, respectivamente. Primero, 99
estudiantes respondieron un cuestionario de 10 preguntas cerradas y, más adelante, 33 estudiantes
escribieron un ensayo argumentativo acerca del uso de celulares en clase a partir de una consigna.
Entre los resultados más importantes figuran los siguientes: la mayoría de los estudiantes reconoce
que el uso de estos aparatos electrónicos durante las sesiones de clase les genera distracción y
admiten que, en ocasiones, deben solicitarle al profesor que repita las explicaciones. De igual forma,
la mayoría suele usar sus celulares para divertirse y navegar en redes sociales, más que con fines
académicos.
Palabras clave: celulares, aparatos electrónicos, concentración, atención, estudiantes univer-
sitarios.
_____________________________
1 Docente de Letras en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Para contactar a la autora: gm.caba@ce.pucmm.edu.
do
ISSN (en línea): 1814-4152 / Sitio web: http://cuaderno.pucmm.edu.do
CÓMO CITAR: Caba, G. (2025). Opinión de los estudiantes universitarios respecto al uso de celulares y su impacto en la
concentración: la escritura sobre temas polémicos. Cuaderno de Pedagogía Universitaria, 22(43), 199-215.
200
Abstract
The use of electronic devices (specifically cell phones) in university classrooms is as common as
any other academic tool. In the interest of identifying the potential didactic implications of this habit,
the present research aims to explore university students’ perceptions of using cell phones or other
electronic devices in the classroom. The study follows a mixed approach that combines qualitative
and quantitative techniques, and selected a convenience sample of 99 students which participated
in the quantitative data collection phase, through the application of a 10-item closed-ended ques-
tionnaire. For the qualitative data collection phase, only 33 students participated, allowing for a
more in-depth and rigorous analysis of the essays. To collect this qualitative data, a writing prompt
was designed in which students were asked to write an argumentative essay on the controversial
topic of cell phone use in class. This type of essay is ideal for debating controversial topics such
as the use of cell phones in classes. Among the most important results obtained are the following:
most students recognize that the use of these electronic devices during class sessions distracts
them and admit that they sometimes need to ask the teacher to repeat explanations. Similarly, most
students use their cell phones very frequently for entertainment and browsing social networks, rath-
er than for academic purposes.
Keywords: cell phones, electronic devices, concentration, attention, university students
Introducción
El uso de celulares sin fines pedagógicos durante las sesiones de clases puede representar una
amenaza para lograr la concentración del alumnado. En la actualidad, es más probable que un
estudiante se presente al aula sin materiales como lápices, cuadernos y bolígrafos a que asista sin
celular. Sin embargo, cabe destacar que su uso no necesariamente está ligado a fines educativos. Con
frecuencia, se observa que los estudiantes se distraen y prestan escasa atención a las explicaciones
del docente o intervenciones de sus compañeros; en su lugar, teclean en sus celulares, se ríen y se
divierten, lo que convierte a este aparato en un distractor.
Este problema ha sido investigado por varios autores. Pinos et al. (2018) comparten la preocupación
por el uso constante del celular sin fines pedagógicos que hacen los jóvenes dentro del aula. El
objetivo principal de su investigación fue demostrar que el uso compulsivo del celular es un
distractor en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los resultados arrojados guardan una relación
importante con el presente estudio, ya que se encontró que un 86.4 % de los estudiantes usan
sus celulares para asuntos personales y no así para tareas académicas; de igual forma, los datos
arrojados evidenciaron que el 77.9 % reconoce sus niveles de dependencia respecto a estos
dispositivos. También se encontró que el 50 % se distrae a causa de las interrupciones del celular.
Existe una estrecha relación entre los siguientes conceptos: distractor, atención y concentración. Si
un sujeto está distraído, no podrá simultáneamente estar concentrado, al menos no de forma óptima.
Por ello, a la luz de los resultados obtenidos por Pinos et al. (2018),, se infiere que, si el celular se
ha convertido en un distractor, la concentración y atención de los estudiantes se ven afectadas.
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
201
En el mismo tenor, Oliva (2014) realizó un estudio con el objetivo de determinar si el uso del celular
en el aula funciona como un recurso didáctico o un distractor. Se llegó a la conclusión de que tal
actividad encierra múltiples desventajas, tales como: “interrupciones en medio de la clase, pérdida de
tiempo escolar y graves afecciones por el uso desmedido e irracional del teléfono celular” (p. 66-67).
El estudio también revela que gran parte del alumnado usa sus celulares durante las clases para
divertirse. No negaron el hecho de revisar las redes sociales si se encontraban en alguna actividad
de carácter académico; al contrario, la mayoría admitió hacerlo con mucha frecuencia.
Por su parte, Hidalgo et al. (2019) investigaron cómo el estudiantado universitario utiliza sus
dispositivos móviles y los efectos que esto tiene en su salud. Encontraron que los teléfonos son
utilizados principalmente para comunicarse con amigos y familiares (45 %), entretenerse (25 %),
realizar actividades académicas (23 %) y buscar información (3 %). Además, la investigación
destacó que el uso excesivo de estos dispositivos puede llevar a diversas afecciones físicas, como
desbalances musculares, encorvamiento, problemas cervicales, entre otras. También existe el
riesgo de encontrarse en situaciones con consecuencias negativas para la salud mental, como la
nomofobia y la vibración fantasma.
Asimismo, Carrillo et al. (2017) realizaron una investigación con estudiantes del Programa Educativo
de la Licenciatura en Tecnologías de la Información, de la Facultad de Contaduría y Administración
que oferta la Universidad Autónoma de Chihuahua. Partieron del supuesto de que el uso irresponsable
de los celulares en los espacios académicos puede resultar negativo para el aprendizaje y al respecto
concluyeron que el uso del dispositivo móvil o el acceso a Internet en el aula, cuando no se establece
un límite, se convierte en un distractor para el alumnado.
De igual forma, Vásconez-Villavicencio y Pardo-Paredes (2019) llegaron a la conclusión de que existe
un uso limitado del teléfono celular para acceder a información y resolver problemas en el aula. Esto
contrasta con los beneficios potenciales de las nuevas tecnologías para mejorar la educación, pues
su aplicación con fines educativos es todavía escasa. El estudio arrojó otros resultados positivos,
como la capacidad de los estudiantes de usar el celular al realizar una tarea académica sin que
haya interacción negativa. Sin embargo, es evidente que este hábito responde a necesidades de
comunicación y no suele ser empleado como herramienta didáctica.
Por otra parte, la falta de concentración en el ámbito académico aparece asociada al fracaso escolar.
En este sentido, Cabanillas (2018) desarrolló una investigación con el propósito de describir la relación
entre el teléfono inteligente y el rendimiento académico de los estudiantes de la Escuela Profesional
de Derecho de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Como resultado, se obtuvo que “existe
una relación estadísticamente significativa entre el uso del celular y el rendimiento académico, ya
que el 47.83 % usa el celular en el aula de clases para realizar sus tareas académicas casi siempre”
(pág. XI).
De igual manera, Hernández et al. (2023) encontraron que el uso inadecuado de dispositivos móviles
puede perjudicar el aprendizaje. Compararon dos grupos de estudiantes: uno sin restricciones
para el empleo de teléfonos y otro con restricciones. El primer grupo mostró un menor rendimiento
académico (52 %) en comparación con el segundo, que alcanzó un 66.1 % de aprovechamiento.
202
Sin embargo, es importante destacar que no todos los autores coinciden en que el uso de celulares
afecta de manera negativa el rendimiento de los estudiantes. De hecho, Mendoza (2018) realizó
un estudio en la Universidad Mayor de San Andrés, centrado en estudiantes de cuarto año de
Psicología. Los hallazgos revelaron que no hay una relación significativa entre la frecuencia con que
el alumnado utiliza las redes sociales y su desempeño académico.
Como se puede observar, diversos autores han abordado el tema del uso de celulares y aparatos
electrónicos en el aula; sin embargo, se hace necesario explorar con mayor profundidad las
percepciones del estudiantado acerca de esta actividad en horas de clase y de cómo les afecta. Por
tal motivo, esta investigación hace mucho énfasis en la reflexión que hace el alumnado y reconoce
la importancia de atender a su opinión sobre la utilización de los dispositivos durante las lecciones.
Partir de la reflexión del estudiante permite al docente evaluar su práctica pedagógica con mayor
objetividad, de modo que se encuentren mejores soluciones para promover el empleo eficaz de la
tecnología en los entornos académicos.
Por lo anterior, el objetivo general de este trabajo es explorar la percepción de los estudiantes
universitarios acerca del uso de celulares u otros aparatos electrónicos en el aula. Como objetivos
específicos, se busca identificar con qué frecuencia los estudiantes universitarios usan los dispositivos
mencionados durante una sesión de clase; igualmente, determinar cómo perciben que el uso de
estos artefactos afecta sus niveles de concentración en el aula.
Las preguntas que dan origen a esta investigación son:
¿Cuál es la percepción que tienen los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares
y otros aparatos electrónicos en el aula?
¿Con qué frecuencia usan los estudiantes universitarios sus celulares u otros aparatos
electrónicos durante una sesión de clase?
¿Cómo afecta el uso de celulares u otros aparatos electrónicos los niveles de concentración
en el aula?
A continuación, se detallan los fundamentos teóricos que sirven como eje vertebrador de esta
investigación. Más adelante, se explica la metodología de trabajo, los resultados obtenidos, las
conclusiones y, finalmente, las recomendaciones que derivan del proceso de análisis.
Fundamentación teórica
Atención y concentración
Según Machado-Bagué et al. (2021), la atención constituye la piedra angular de los procesos
cognitivos que requieren una respuesta motriz para actividades específicas. Además, representa
un estado neurocognitivo que precede tanto a la percepción como a la acción y emerge de una
red de conexiones corticales y subcorticales con predominio en el hemisferio derecho del cerebro.
Es crucial entender el vínculo entre atención y concentración, puesto que, como describen Machado-
Bagué et al. (2021), la concentración se define por la estabilidad con la que se orienta la atención
hacia un objeto o estímulo específico. Igualmente, se determina por la intensidad de la atención, es
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
203
decir, el grado con que una persona se enfoca en una actividad, objeto o tarea, mientras excluye las
distracciones. Por lo tanto, un alto nivel de atención mejora la concentración, mientras que cualquier
interrupción puede disminuir significativamente la capacidad de concentrarse. De ahí la necesidad
de reflexionar sobre los distractores que puedan interferir con un nivel óptimo de concentración en
las aulas.
De manera similar, Cataluña (2023) define la concentración como la capacidad que tiene un sujeto
de centrar por voluntad propia toda su atención en un objeto, actividad o tarea. Esta concepción se
aplica en la realización de cualquier actividad, especialmente en las académicas. La autora también
señala que, si se quiere lograr la concentración, el sujeto debe abstraerse de la interacción con
factores que interfieran en ella de forma negativa.
Para García (2022), la concentración se refiere a la capacidad que posibilita realizar una actividad de
manera efectiva. Asimismo, señala la importancia de aprender a concentrarse, ya que esto puede
dar buenos frutos, tales como el incremento en la capacidad de memoria, eficiencia al momento
de tomar decisiones y agilidad ante los desafíos de la vida cotidiana. Es oportuno destacar que la
autora considera que la concentración puede desarrollarse mediante la implementación de ciertas
técnicas.
Del mismo modo, García (2019) indica que la concentración permite mayor capacidad receptiva,
discernimiento para evaluar consecuencias, poder de distinción y mejor capacidad de memoria.
En definitiva, la concentración es una competencia fundamental para el desarrollo exitoso de las
actividades cotidianas y académicas. De ahí la necesidad de reflexionar acerca de su importancia,
sobre todo en el ámbito universitario, donde los trabajos poseen un mayor nivel de complejidad.
Ante las discrepancias entre los autores que plantean una relación negativa entre el uso de celulares
y el rendimiento académico, aquellos que lo consideran de forma positiva y los que, como Ramírez
(2018), lo perciben como un fenómeno complejo, conviene reflexionar sobre lo expuesto por Huaiquián
y Vásquez (2018). Estos autores afirman que “la movilidad que propician los celulares permite el
desarrollo de un proceso educativo personalizado, ubicuo, situado, espontáneo e informal. Por tanto,
un desafío sustancial es qué caminos se pueden construir para conectar ambos escenarios” (p.
162). En este contexto, se hace necesario explorar las percepciones de los estudiantes y el uso real
que hacen de estos aparatos, de manera que los docentes, partiendo de estas realidades, puedan
guiar a sus estudiantes desde un uso informal y espontáneo hacia un uso pedagógico.
También resulta esclarecedora la opinión de Espinoza et al. (2021), quienes señalan que el uso de
la tecnología en los espacios académicos aporta flexibilidad y mejora la calidad en la formación
del estudiantado. Sin embargo, advierten que no todas las herramientas tecnológicas ni sus usos
contribuyen a dicha calidad.
El uso de celulares y la atención
Una vez explicados los conceptos previos a partir de los autores de referencia, se aborda la relación
entre el uso de celulares en el aula y los niveles de atención y concentración. En este contexto,
destaca lo planteado por Montenegro (2023), quien así lo expone: “El estudiante distraído con el
204
celular, vive en otro mundo, ocupa un espacio ajeno, totalmente extraño, obnubilado en ese atractivo
digital de colores y sonidos cautivantes” (p. 68). Este planteamiento invita a una profunda reflexión
pedagógica, ya que sugiere que el uso de celulares en el aula puede sumergir a los estudiantes
en un estado que reduce su percepción y comprensión de la realidad, lo que a su vez afecta su
capacidad de mantenerse atentos y concentrados.
Por su parte, Babb (2024) señala que “la exposición de forma excesiva al uso de dispositivos
electrónicos genera una sobrecarga sensorial, haciendo que el sujeto desarrolle preferencia por estos
entornos y le resulte difícil concentrarse para realizar actividades más tranquilas, como la lectura” (p.
5576). Lo expresado por la autora permite entender por qué, con frecuencia, al alumnado le resulta
difícil agotar una lectura completa, captar el sentido global de un texto o mostrar interés en tareas
que demandan niveles significativos de concentración.
En definitiva, se dispone de evidencia para indicar que los niveles de atención y concentración
disminuyen con el uso recurrente de dispositivos electrónicos, especialmente celulares. En este
sentido, Zheng et al. (2014, como se citó en Sánchez y Cardona, 2022) presentaron los resultados
de una investigación realizada en China, en la que se identificó una relación significativa entre el uso
de estos dispositivos y la falta de atención.
Metodología
Esta investigación se desarrolló bajo un enfoque mixto que combina lo cualitativo y cuantitativo. En
cuanto a este último, el estudio tiene un alcance descriptivo y no experimental; además, se centra
en la recolección de datos mediante preguntas cerradas y la medición de la frecuencia con que los
estudiantes usan sus celulares y otros dispositivos durante una sesión de clases de dos horas. Por
otro lado, en su componente cualitativo, el estudio se basó en un análisis documental de ensayos
escritos por los participantes. A ellos se les solicitó argumentar de forma abierta y bajo un enfoque
polémico acerca del uso de celulares en el aula y su impacto en los niveles de concentración.
Para la realización de este trabajo, se utilizó una muestra por conveniencia. Esto implicó seleccionar
los grupos de estudio según la disponibilidad de sus docentes y la disposición de los alumnos. En
la primera etapa, se incluyó a 199 estudiantes de diferentes carreras y grupos, quienes tenían en
común estar inscritos en las asignaturas Español I y II. En este punto hay que destacar la solidaridad
mostrada por los docentes de estas materias pues así se facilitó la aplicación de los instrumentos.
Además, debido a la naturaleza de la investigación, que involucró la escritura académica, dichas
asignaturas resultaron propicias.
Se diseñó un cuestionario de diez preguntas cerradas para recopilar información sobre las siguientes
categorías: cuatro preguntas abordaron la frecuencia en el uso del celular, tres preguntas se centraron
en el impacto del uso del celular en la concentración y las tres restantes exploraron el uso real que
los universitarios dan a sus celulares y otros dispositivos electrónicos en las aulas.
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
205
En la segunda etapa, con el propósito de recopilar información cualitativa y profundizar en el objeto
de estudio, se aprovechó la elaboración de un ensayo argumentativo polémico como requisito final
de la asignatura. A los estudiantes se les entregó una consigna en la que se solicitó escribir sobre
el siguiente tema: “Impacto del uso de los celulares y otros aparatos electrónicos en el aula en la
concentración de los estudiantes universitarios”. Para esta última etapa, se seleccionó un grupo
conformado por 33 estudiantes, ya que una muestra más reducida permitía un análisis más riguroso
de los ensayos, teniendo en cuenta que se trataba de un trabajo final y que existían fechas límite
para la publicación.
Dentro de las principales instrucciones, se les pidió que presentaran de forma explícita su tesis
sobre el tema, junto con los argumentos necesarios para defenderla. Se les instó a basarse en las
orientaciones recibidas durante el cuatrimestre para la elaboración de este tipo de texto y en los
referentes teóricos analizados durante las clases.
Para validar el instrumento, se contó con la colaboración de colegas universitarios, quienes realizaron
una aplicación piloto en sus sesiones de clase. Esto permitió identificar y corregir errores de redacción
y coherencia en las preguntas, de modo que pudieron ser modificadas. En el caso del ensayo
argumentativo, la consigna fue fruto de un consenso entre los docentes que, en ese momento,
trabajaban con este tipo de texto.
Para el análisis de los ensayos argumentativos, se tomó como referencia una tabla de criterios
elaborada de manera colaborativa junto con los profesores de la Escuela de Lenguas, quienes también
estaban trabajando este texto en sus clases. Dicha tabla fue adaptada mediante la descripción
de los criterios, los cuales se ajustaron a diferentes niveles de desempeño: receptivo, resolutivo,
autónomo y estratégico, para facilitar la evaluación de las producciones. Asimismo, se priorizó la
identificación de la tesis planteada por los estudiantes y los argumentos utilizados para sustentarla.
En cuanto a los procedimientos propios del enfoque mixto, primero se aplicó el cuestionario de
naturaleza cuantitativa a todos los participantes en línea, luego se seleccionó una muestra de 33
ensayos, con el fin de profundizar en la comprensión del tema mediante una perspectiva cualitativa.
Para el análisis de los datos se aplicó el método deductivo partiendo de concepciones generales
acerca del uso de celulares en las aulas, hasta la exploración de casos concretos con los estudiantes
objeto de estudio, lo que permitió llegar a conclusiones.
Resultados
Objetivo general: explorar la percepción de los estudiantes universitarios acerca del uso de celulares
u otros aparatos electrónicos en el aula y cómo afecta sus niveles de concentración.
206
Figura 1. ¿Alguna vez te ha sucedido que te perdiste de alguna información porque estabas distraído
usando el celular o cualquier otro aparato electrónico y tuviste que pedir que te repitieran?
Como se observa en el gráfico anterior, la mayoría de los estudiantes encuestados, equivalente al
65.8 %, reconoce que se distrae con el uso de celulares u otros aparatos electrónicos durante las
sesiones de clase. Esto provoca que pierdan información importante, al punto de tener que pedirle
al docente que repita.
Figura 2. ¿En algún momento has sentido que el uso de celular y otros aparatos electrónicos ha
afectado tu concentración en clases?
De igual forma, un porcentaje bastante alto, correspondiente al 71.4 % de los encuestados, reconoce
que el uso de celulares u otros aparatos ha afectado sus niveles de concentración durante las clases.
Figura 3. ¿Con qué frecuencia usas tu celular o aparatos electrónicos durante las clases?
Según se muestra en la figura 3, una amplia mayoría de los estudiantes, el 98 %, utiliza sus celulares
u otros dispositivos electrónicos durante las clases. De estos, el 51.3 % asegura que lo hace de
forma moderada, mientras que el 27.6 % indica un uso muy frecuente y el 19.1 % reporta un uso
poco frecuente.
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
207
Figura 4. ¿En una sesión de clases de dos horas, ¿cuántas veces sueles revisar tu celular o redes
sociales?
Según el gráfico anterior, el porcentaje más alto de los estudiantes encuestados, un 38.9 %, indicó
que usa su celular de dos a tres veces durante una clase de dos horas. El segundo grupo mayoritario,
con un 30.3 %, reconoce utilizarlo entre cuatro y cinco veces y un grupo menor, mientras que un
grupo menor, correspondiente a un 29.3 %, lo emplea de tres a cuatro veces.
Figura 5. ¿Si tuvieras que realizar un esfuerzo que consiste en dejar de usar tu celular y aparatos
electrónicos durante algún tiempo sin que te afecte, ¿cuál de los siguientes tiempos crees que
puedas durar?
Como se puede observar en el gráfico anterior, al preguntar a los estudiantes sobre su capacidad
para dejar de usar el celular y otros aparatos electrónicos, el 32.7 % afirmó que lo máximo que
puede durar es una semana. El 25.6 % indicó que puede pasar más de un día, pero no llega a una
semana sin usar su celular. El 22.1 % solo podría resistir un día completo sin usarlo, y un 19.6 %
señaló que no podría durar un día completo.
Figura 6. ¿Tienes WhatsApp en tu computadora?
208
En este gráfico, el 78.9 % de los estudiantes encuestados tiene WhatsApp en su computadora y
solamente un 21.1 % no lo tiene.
Figura 7. ¿Con qué frecuencia usas tu celular y aparatos electrónicos para investigar en bibliotecas
en línea y páginas especializadas, diseñar presentaciones académicas e investigar o leer?
Los estudiantes reportaron diversas frecuencias en el uso de dispositivos electrónicos para tareas
académicas. Según los datos recopilados, 94 estudiantes usan sus dispositivos a diario para
actividades como investigaciones bibliográficas, diseño de presentaciones y lectura. Un total de 47
estudiantes utilizan sus celulares más de tres veces por semana, 23 dos veces por semana y 15
tres veces por semana. Por otro lado, 20 estudiantes informaron usar sus dispositivos para fines
académicos solo una vez por semana.
Tabla 2. Promedio de frecuencias
Alternativas Cantidad de estudiantes Promedio
1- Una vez por semana 20 0.10
2- Dos veces por semana 23 0.23
3- Tres veces por semana 15 0.23
4- Más de tres veces por
semana 47 0.94
5- Diariamente 94 2.36
Total 199 3.86
Nota. La media aritmética de las respuestas fue de 39.8, con una desviación estándar de 32.71, lo que indica una
variabilidad considerable en las respuestas. La frecuencia ”Diariamente” mostró el mayor promedio ponderado de 2.36,
para reflejar una alta dependencia de los dispositivos para fines académicos entre los encuestados. Estos resultados
sugieren una tendencia significativa hacia el uso frecuente de dispositivos móviles en actividades académicas.
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
209
Figura 8. Promedio de frecuencias
Analizando los promedios asociados a cada frecuencia, la opción 5 (Diariamente) registra un promedio
de 2.36, lo que indica una alta frecuencia y dependencia del dispositivo para fines académicos. La
opción 1 (Una vez por semana) presenta un promedio de 0.10, mientras que la opción 2 (Dos veces
por semana) tiene un promedio de 0.23. De manera similar, la opción 3 (Tres veces por semana)
muestra un promedio de 0.23. Por su parte, la opción 4 (Más de tres veces por semana) alcanza un
promedio de 0.94. En conjunto, el promedio general es de 3.86, lo que refleja una tendencia hacia
el uso frecuente de dispositivos móviles para tareas académicas entre los estudiantes encuestados.
Figura 9. ¿Con qué frecuencia usas tu celular o aparatos electrónicos para conversar con amigos
y familiares, jugar, explorar el mundo de la farándula o divertirte?
Según los datos representados, una amplia mayoría, el 81.9 % de los encuestados, usa sus celulares
u otros dispositivos electrónicos diariamente para conversar con amigos y familiares, jugar, seguir a
celebridades o simplemente para entretenimiento en general. Además, un 12.1 % de los estudiantes
reporta usar sus dispositivos más de tres veces por semana para estas mismas actividades. Estos
datos resaltan la frecuente interacción de los estudiantes con sus dispositivos para fines recreativos.
210
Resultados del ensayo argumentativo
Figura 10. Tesis defendida en el ensayo
Como se puede evidenciar, la información cualitativa obtenida a través del ensayo argumentativo con
los 33 participantes de esta fase guarda relación con lo expresado por la mayoría de los estudiantes
en la fase cuantitativa, quienes reconocieron que el uso de celulares durante las clases interfiere
con sus niveles de concentración. El 71 % de los estudiantes defendió la tesis de que el uso de
aparatos electrónicos, específicamente celulares, afecta su concentración. Este dato es relevante
en comparación con la minoría de estudiantes, correspondiente a un 29 %, que defendió la tesis
de que el uso de aparatos electrónicos, específicamente celulares, no interfiere con sus niveles de
concentración.
Figura 11. Razones expresadas por los estudiantes que motivan el uso de celulares
Dentro de los argumentos presentados por los estudiantes en defensa de su tesis, el más común fue
que resulta muy difícil resistirse a las notificaciones. Este argumento fue expuesto por un 56 % de
los estudiantes, quienes indicaron que al escuchar las notificaciones de su celular sienten curiosidad
por averiguar de qué se trata. El segundo argumento más frecuente (27 % de los alumnos) para
defender la tesis de que el uso de celulares afecta la concentración fue que, en ocasiones, toman
su celular de manera inconsciente. Es decir, aunque no reciban notificaciones, el hábito de usar sus
celulares les hace manipularlos sin darse cuenta. Por otro lado, también se empleó como argumento
la necesidad de responder los mensajes (17 % de los alumnos). En definitiva, los argumentos
presentados por el alumnado evidencian que el uso de aparatos electrónicos, específicamente
celulares, interfiere con sus niveles óptimos de concentración.
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
211
Figura 12. Opiniones de los estudiantes respecto a la relación entre el uso de celulares y la
concentración
Los estudiantes que presentaron la tesis de que el uso de aparatos electrónicos, específicamente
celulares, no interfiere con sus niveles de concentración (29 % de los alumnos) se apoyaron en los
siguientes argumentos: (a) se puede usar el celular sin desvincularse de la clase (42 %); (b) se puede
hacer un uso moderado del celular (58 %).
Discusión
En relación con el objetivo general, a partir de los resultados obtenidos, se observa que el 71 % de
los estudiantes percibe que el uso de celulares u otros dispositivos electrónicos en el aula genera
distracción y reduce sus niveles de atención y concentración, lo que les obliga a pedirle al docente
que repita las explicaciones. Este fenómeno pone en riesgo los niveles de rendimiento, ya que, según
García (2019), la concentración facilita una mayor capacidad de receptividad, discernimiento para
evaluar consecuencias, poder de distinción y una mejor memoria.
De igual forma, el hecho de que los estudiantes consideren que el uso de celulares en clase les
distrae y disminuye su atención parece contradecir lo expuesto por Mendoza (2018), quien señala
que “no existe relación estadísticamente significativa entre el uso que los estudiantes dedican a las
redes sociales y su rendimiento académico” (p. IX). Sin embargo, un estudiante que se distrae y ve
comprometidos sus niveles de atención en clase debido a factores distractores, corre el riesgo de
no alcanzar las competencias requeridas. No obstante, es necesario realizar un análisis estadístico
más exhaustivo para comparar ambos resultados de manera precisa.
El hecho de que el 65.8 % del estudiantado reconozca que se distrae con sus celulares y otros
aparatos electrónicos durante sus clases, y que un 71.4 % afirme que la exposición a estos aparatos
afecta sus niveles de concentración, plantea dudas sobre qué tanto aprovechan las sesiones
académicas. Esto respalda lo expresado por Machado-Bagué et al. (2021), quienes consideran la
concentración como un componente fundamental en el proceso de aprendizaje.
En definitiva, que la gran mayoría de los estudiantes haya coincidido en reconocer que la interacción
con sus dispositivos electrónicos afecta sus niveles de concentración confirma lo señalado por
Hernández et al. (2023), quienes plantean que el uso de los dispositivos móviles puede tener una
influencia negativa, lo que impacta el proceso de enseñanza-aprendizaje, cuando se utilizan como
distracción.
212
Asimismo, la respuesta recurrente de los estudiantes avala los supuestos que sustentan este trabajo
de investigación, los cuales establecen que el uso frecuente de celulares y otros aparatos electrónicos
en el aula afecta de forma negativa los niveles de concentración de los estudiantes universitarios.
En relación con el primer objetivo específico, se determinó que el 98 % de los estudiantes usa sus
celulares y otros aparatos electrónicos durante las clases. De este grupo, un 51.3 % reconoce usarlos
con frecuencia moderada, un 27.6 % con mucha frecuencia, un 19.1 % con poca frecuencia y un
2 % no los usa en lo absoluto. Estos datos respaldan los supuestos iniciales de la investigación,
que sugieren que los universitarios podrían asistir a clases sin un cuaderno o papel para tomar
notas, sin tabletas o computadoras, pero nunca sin un celular. Este hallazgo tiene implicaciones
tanto para el alumnado como para el cuerpo docente, ya que invita a una reflexión por parte de
ambos actores. En particular, se plantea la necesidad de cuestionar las estrategias pedagógicas y
las posibles brechas que permiten el uso de teléfonos para fines no académicos.
Los datos obtenidos también corroboran las conclusiones de Espinoza et al. (2021), quienes hacen
una precisión: “Usar la tecnología en el entorno académico no es algo nuevo, sin embargo, la forma
ha cambiado” (p. 154). Con esto, se refieren al aumento en el uso de la tecnología y la flexibilidad
que supone en los ambientes académicos. Actualmente, todos los estudiantes universitarios tienen
el privilegio no solo de contar con un celular, sino también de acceder a las redes a través de él, lo
que incrementa la frecuencia con la que lo utilizan debido a la interacción constante y el fácil acceso
a estas plataformas.
Del mismo modo, el hecho de que el porcentaje más alto de los estudiantes encuestados,
correspondiente al 38.9 %, indique que utiliza su celular de dos a tres veces durante una clase de
dos horas, junto con el segundo grupo mayoritario, que representa el 30.3 % de los estudiantes
y reconoce usarlo entre cuatro y cinco veces, y un grupo menor, que conforma el 29.3 % y lo
emplea de tres a cuatro veces, evidencia que la revisión frecuente de estos dispositivos afecta la
concentración del alumnado. Este comportamiento no se limita a recibir un mensaje, sino que en
la mayoría de los casos implica la necesidad de responder, lo cual supone una desconexión de la
actividad de aprendizaje para transportarse a otro contexto.
En cuanto al segundo objetivo específico, se buscó indagar sobre el uso real que el estudiantado
universitario hace de estas herramientas. Aunque, en el contexto de este estudio, el uso debería
ser exclusivamente académico, los resultados evidencian todo lo contrario. Es importante señalar
que el 78.9 % de los estudiantes encuestados tiene WhatsApp en su computadora y solamente
un 21.1 % no lo tiene. Además, afirman que contar con esta herramienta en sus dispositivos les
permite hacer un uso más discreto de la misma. Sin embargo, hay que destacar que, en el ámbito
académico, y específicamente en las sesiones de clase, WhatsApp no es una herramienta con un
alto potencial pedagógico y las razones por las que los estudiantes la tienen no están vinculadas
a sus aprendizajes.
Para el desarrollo de este objetivo, se elaboraron dos ítems adicionales (7 y 9) con el fin de establecer
una relación entre la frecuencia de uso general y la frecuencia de uso con fines pedagógicos y no
pedagógicos. En cuanto al ítem 7, que pregunta “¿con qué frecuencia usas tu celular y aparatos
electrónicos para investigar en bibliotecas en línea y páginas especializadas, diseñar presentaciones
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
213
académicas e investigar o leer?”, se observó que 94 estudiantes usan sus celulares diariamente con
estos fines. Sin embargo en el ítem 9, “¿con qué frecuencia usas tu celular o aparatos electrónicos
para conversar con amigos y familiares, jugar, explorar el mundo de la farándula o divertirte?”, el
81. 9 % aseguró que lo usa diariamente para esos propósitos y el 12.1 % restante más de tres
veces a la semana. Estos resultados permiten deducir que es más alto el porcentaje que usa sus
dispositivos para divertirse que el que lo hace con fines didácticos. Estos datos coinciden con los
encontrados por Pinos et al. (2018), quienes reportaron que el 86.4 % de los estudiantes utiliza sus
celulares sin objetivos académicos.
Así también, los datos analizados corroboran las conclusiones de Vásconez-Villavicencio y Pardo-
Paredes (2019), quienes señalan que el uso del teléfono para acceder a información y resolver
problemas en clase es reducido. Esta situación también apoya lo expresado por Oliva (2014) en su
estudio, en el que la autora demostró que el uso del celular en el aula encierra múltiples desventajas,
previamente mencionadas.
Conclusiones
Como resultado del análisis de los datos obtenidos y con base en los autores consultados, se
puede concluir que, según las percepciones del alumnado, el uso de celulares durante las clases
afecta negativamente los niveles de atención y concentración. Esto podría impactar el desarrollo
de las competencias necesarias y la construcción de sus aprendizajes. Además, la información
obtenida sugiere que la población estudiada muestra un alto nivel de madurez y reflexión, ya que
son conscientes de que la exposición a sus celulares y otros dispositivos electrónicos interfiere con
su concentración. Como consecuencia, se les dificulta la adecuada recepción de la información, lo
que les obliga a pedir al docente que repita lo explicado.
En ese mismo orden, se puede concluir que la mayoría de los estudiantes usan sus celulares con
frecuencia alta o moderada en las aulas. Esto indica que la interacción constante con sus aparatos
electrónicos les consume tiempo, lo que, en última instancia, afecta su aprovechamiento de las
clases. Además, el hecho de que la mayoría de los encuestados haya reportado utilizar sus celulares
y otros dispositivos entre un mínimo de dos a tres veces y un máximo de cuatro a cinco veces,
durante una sesión de dos horas, es un indicador de que los niveles de atención y concentración
se ven altamente afectados por la frecuencia con que interactúan con estos aparatos.
Aunque es cierto que los estudiantes utilizan la tecnología con fines académicos en el aula, su uso
para el entretenimiento y la diversión es mucho más frecuente. Esto convierte a estas herramientas
en distractores, lo que podría afectar negativamente su rendimiento académico. Adicionalmente, los
hallazgos sugieren una reflexión por parte del cuerpo docente universitario. Si bien sus estudiantes son
adultos responsables de su aprendizaje, también el profesor tiene una alta cuota de responsabilidad
en la construcción de esos conocimientos. Por ello, debe reinventarse e innovar en su práctica
pedagógica, adaptarse a los contextos actuales, asumir los avances tecnológicos y prestar atención
a los desafíos de las nuevas generaciones.
El hecho de que los estudiantes universitarios prioricen el entretenimiento y la diversión por encima
de la búsqueda de información académica, la lectura y la construcción de conocimientos constituyen
una oportunidad para repensar tanto el rol del estudiante como el del docente. A la luz de los retos
y desafíos que este hallazgo plantea, se pueden ofrecer las siguientes recomendaciones:
214
Se recomienda que los docentes diseñen actividades cronometradas que obliguen al estudiante a
aprovechar el tiempo, de modo que se reduzcan las distracciones. Además, es conveniente que se
diversifiquen las actividades de enseñanza, mediante la integración de plataformas y recursos lúdicos
que inviten a un uso productivo de la tecnología. También, sería útil asignar tareas a los estudiantes
en las que deban emplear sus dispositivos electrónicos para crear productos académicos en un
tiempo determinado. De este modo, tanto docentes como estudiantes se beneficiarían de un uso
consciente y responsable de los artefactos electrónicos en las aulas.
Como parte de las conclusiones, se ha reflexionado sobre las limitaciones del estudio, y la principal
se basa en el hecho de que no se pudo expandir a otras universidades ni a una muestra más
amplia de estudiantes, lo que habría permitido obtener resultados más sólidos. En este sentido, se
recomienda la realización de estudios comparativos en diversos espacios geográficos y culturales,
para investigar si los hábitos de uso y el impacto de los dispositivos electrónicos en el aula varían
según el contexto.
Referencias bibliográcas
Babb, A. (2024). El desmejoramiento de la actividad cognitiva debido al uso excesivo de
dispositivos electrónicos. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 8(4), 5570–5578.
https://www.ciencialatina.org/index.php/cienciala/article/view/12768/18451
Cabanillas, A. (2018). Uso del celular y rendimiento académico en estudiantes de la escuela
profesional de derecho, universidad nacional Pedro Ruiz Gallo Lambayeque [Tesis de
maestría, Universidad César Vallejo]. Repositorio de la Universidad César Vallejo. https://hdl.
handle.net/20.500.12692/26972
Carrillo, M., Zúñiga, B., Toscano, B., Aguas, N. y Díaz, J. (2017). Los dispositivos móviles e
Internet y su uso en el aula: ¿Un factor distractor? Un estudio de caso. Tecnología
Educativa,4(3). https://doi.org/10.32671/terc.v4i3.96
Cataluña, D. (2023, 27 de diciembre). Concentración: La capacidad de mantener la atención.
Instituto Europeo de Psicología Positiva. https://www.iepp.es/concentracion/
Espinoza, O., Moreira, L. y Silva, N. (2021). Efectos en el rendimiento académico por el uso de
dispositivos electrónicos. Revista Conrado, 17(S2), 149–158. https://es.scribd.com/docu-
ment/643633399/document-pdf
García, L. (2022). La concentración: definición y estrategias para potenciarla. Elisabeth Rodríguez.
https://elisabetrodriguezpsicologia.com/la-concentracion-definicion-y-estrategias-para-poten-
ciarla/
García, T. (2019). La Concentración es vital para el estudio y el trabajo. Psicoterapia para todos.
https://psicoterapiaparatodos.com/la-concentracion-es-vital-para-el-estudio-y-el-trabajo/
CUADERNO DE PEDAGOGÍA UNIVERSITARIA | VOL. 22 NÚMERO 43 | PP 199 - 215
215
Hernández, V., Mar, C., Barbosa, A., Peña , G., Trejo, E. y Villar, D. (2023). Influencia del uso de
dispositivos móviles en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Revista Latinoamericana de
Ciencias Sociales y Humanidades, 4(6), 469–483. https://latam.redilat.org/index.php/lt/article/
view/1455/1816
Hidalgo, B., Mayacela, I., Hidalgo, D. e Hidalgo, I. (2019). El uso de dispositivos electrónicos móviles
y su impacto en el incremento de afecciones en los estudiantes universitarios. SATHIRI, 14(2),
257–269. https://doi.org/10.32645/13906925.906
Huaiquián, C. y Vásquez, B. (2018). Uso del dispositivo móvil/celular por estudiantes de
Pedagogía en el aula universitaria. Opción: Revista de Ciencias Humanas y Sociales. (87), 155–
182. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7341377
Machado-Bagué, M., Márquez-Valdéz, A. y Acosta-Bandomo, R. (2021). Consideraciones teóricas
sobre la concentración de la atención en educandos. Revista de Educación y Desarrollo, (59)
https://www.cucs.udg.mx/revistas/edu_desarrollo/anteriores/59/59_Machado.pdf
Mendoza, J. (2018). Uso excesivo de redes sociales de internet y rendimiento académico en
estudiantes de cuarto año de la carrera de psicología UMSA. Educación Superior, 5(2), 57–70.
https://tinyurl.com/4785kfk2
Montenegro, J. (2023). La generación zombi. El excesivo uso de celulares en las aulas
universitarias de Perú. Revista Científica de Ciencias de la Salud, 16(2), 61–72. https://doi.
org/10.17162/%0brccs.v16i2.1964
Oliva, H. (2014). El uso de teléfonos móviles en el sistema educativo público de El Salvador:
¿Recurso didáctico o distractor pedagógico? Realidad y reflexión, 40, 59–76. https://camjol.
info/index.php/RyR/article/view/2752
Pinos, N., Hurtado, S. y Rebolledo, D. (2018) Uso del teléfono celular como distractor del
proceso enseñanza – aprendizaje. Investigación, vinculación, docencia y gestión, 3(4), 166–
171. https://revistas.uta.edu.ec/erevista/index.php/enfi/article/view/381/210
Ramírez, L. (2018). Celulares al aula. Un estudio de caso en la Región Metropolitana. Foro
educacional, (31), 31–46. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7233004
Sánchez, A. y Cardona, J. (2022). Atención y memoria de acuerdo con el uso del smartphone
en adolescentes y jóvenes. Revista de Psicología Universidad de Antioquia, 14(1). https://doi.
org/10.17533/udea.rp.e344565
Vásconez-Villavicencio, A. y Pardo-Paredes, E. (2019). Relación del uso del teléfono celular y los
niveles de atención en el proceso de enseñanza – aprendizaje. Encuentros, 18(01), 11–22. doi.
org/10.15665/encuent.v18i01.2168