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expectativas y necesidades de los educandos, debido a que por medio del discurso se legitiman
las experiencias personales, sociales y cognitivas de ambos participantes (educador-educando),
durante los pasos de construcción del aprendizaje.
La segunda parte del libro es de carácter práctico. Contiene guías para desarrollar sesiones de
aprendizaje y ejercicios sobre las destrezas de profundización del conocimiento definidas por las
autoras. En el capítulo 2, se explica lo que significa “La confiabilidad de las fuentes de información”.
Esto es indispensable en el ámbito académico para dar mayor significatividad y validez a los datos
que se manejan. La fuente es la persona, el documento o el objeto de donde emana la información,
mientras que la evidencia es la prueba que se presenta. Más adelante, en el capítulo 3, se desarrolla
el tema de “La comparación”, indicando que comparar es una destreza del pensamiento que
consiste en articular semejanzas y diferencias esenciales entre dos o más entidades, para alcanzar
un propósito específico. La comparación nos ayuda, de este modo, a profundizar el aprendizaje,
ya que para llevar a cabo el proceso correspondiente se requiere de un pensamiento sistemático y
riguroso. Aquí se aportaría el pensamiento crítico, que revise el conocimiento adquirido descubriendo
nuevas relaciones y conclusiones.
Por otra parte, en el capítulo 4, denominado “La inducción”, se establece que las inferencias pueden
ser deductivas e inductivas. La inferencia de inducción está presente en nuestra vida diaria cuando
razonamos a partir de la experiencia. En cambio, hablamos de inferencia deductiva o deducción
cuando extraemos conclusiones a partir de teorías o de principios generales. Para lograr un proceso
de inducción de forma sistematizada, las autoras del libro recomiendan iniciar con la aclaración del
concepto, luego diferenciar los hechos de su interpretación para buscar regularidades o relaciones
entre los hechos para, posteriormente, formular las conclusiones que expliquen las regularidades
observadas y comprobar las conclusión con otras observaciones, de modo que se pueda pasar a
formular una generalización y finalmente aplicar esa generalización alcanzada a otras situaciones.
En el caso del capítulo 5, se indica que “La abstracción” es una destreza intelectual de profundización
y extensión que consiste en identificar los elementos esenciales de una información, para identificar
un patrón general y transferirlo a otras situaciones. En el capítulo 6, “Análisis de perspectivas”,
se desarrolla el concepto de análisis en general, al cual se le reconoce como una típica destreza
de profundización del conocimiento, ya que implica una mirada minuciosa y sistemática de un
determinado objeto de observación. Las autoras proponen que, al intentar enseñar esta destreza, sea
indispensable considerar dos factores: “Por una parte, el fenómeno o situación sobre la cual se toma
una posición y, por otra, los valores de las posiciones tomadas” (p.79), tomando como fundamental
considerar el fenómeno o situación que se está analizando y la postura adoptada al respecto. Esta
postura, a su vez, está influenciada por los valores subyacentes de quienes la defienden. En tal
contexto, el análisis se centra en las diversas perspectivas que pueden surgir sobre dicha situación,
lo que permite una comprensión más enriquecedora y profunda del tema en cuestión.
El capítulo 7 se enfoca en la “Elaboración de fundamentos”, una habilidad crucial para profundizar en el
conocimiento y para construir un sólido sistema de evidencias que respalde una idea o argumento. A
menudo nos encontramos en la necesidad de fundamentar nuestras opiniones, ya sea para defender
nuestra posición, para aclarar malentendidos, o con el objetivo de persuadir a otros; por ello, una